Por [Jon Fernández]
Valladolid, 31 de marzo de 2025.
Las calles del barrio de La Pilarica en Valladolid se transformaron en un escenario vibrante de color, música y reivindicación durante la celebración del Carnaval 2025. Desde primeras horas de la tarde, el ambiente festivo se fue apoderando del barrio, con vecinos de todas las edades preparándose para un evento que ha demostrado ser mucho más que una simple fiesta de disfraces.
Un desfile lleno de vida y compromiso vecinal
A las 17:30 en punto, la Plaza de las Nieves se convirtió en el epicentro de la celebración. El sonido de las dulzainas marcó el inicio de un pasacalles que prometía ser inolvidable. La batucada Mazinger Zeltas, con sus ritmos contagiosos, añadió una capa adicional de energía al desfile, haciendo imposible quedarse quieto.
Los vecinos,vestidos con disfraces elaborados en talleres comunitarios, desfilaron con orgullo y determinación. Cada disfraz, cada pancarta, contaba una historia. «Queremos tener centro de salud», se leía en una de las pancartas más grandes, mientras que otra proclamaba «No queremos tener muros». Estos mensajes, lejos de ser meras ocurrencias carnavalescas, reflejaban las preocupaciones reales y diarias del barrio: la falta de servicios esenciales y la necesidad de una mayor integración urbana.
Rubén, miembro de la Asociación Vecinal de La Pilarica y uno de los organizadores del evento, no podía ocultar su satisfacción mientras hablaba con nosotros:
La gente fue muy participativa y hasta el último momento estuvieron ahí, aunque casi el agua nos chascaba un poco. Aguantaron muy bien. Esto demuestra el compromiso y entusiasmo que tiene nuestro barrio.»
La amenaza de lluvia, lejos de desanimar a los participantes, pareció fortalecer su determinación. Familias enteras, grupos de amigos, ancianos y niños, todos unidos en una manifestación de alegría y reivindicación que recorrió las calles del barrio, dejando a su paso una estela de confeti, música y demandas sociales.
Rubén, miembro de la Asociación Vecinal de La Pilarica y uno de los organizadores del evento, no podía ocultar su satisfacción mientras hablaba con nosotros:
La gente fue muy participativa y hasta el último momento estuvieron ahí, aunque casi el agua nos chascaba un poco. Aguantaron muy bien. Esto demuestra el compromiso y entusiasmo que tiene nuestro barrio.»
La amenaza de lluvia, lejos de desanimar a los participantes, pareció fortalecer su determinación. Familias enteras, grupos de amigos, ancianos y niños, todos unidos en una manifestación de alegría y reivindicación que recorrió las calles del barrio, dejando a su paso una estela de confeti, música y demandas sociales.

El éxito del carnaval no fue fruto de la casualidad. Durante semanas, los vecinos se reunieron en la sede de la asociación vecinal para preparar meticulosamente cada detalle.
«Aquí se hicieron los disfraces en cadena. Unos cortaban el cartón, otros ponían la hebilla, otros pintaban los carteles o colocaban los logos. Fue un trabajo colectivo que involucró a niños, mayores e incluso abuelos que hicieron sus propios disfraces con plásticos y logos de papel.»
Este enfoque colaborativo no sólo permitió crear disfraces originales y significativos, sino que también fortaleció los lazos comunitarios. Vecinos que apenas se conocían terminaron trabajando codo con codo, compartiendo risas y anécdotas mientras daban vida a sus creaciones.
La previsión de los organizadores llegó hasta el último detalle. Conscientes de que algunos vecinos podrían animarse a participar en el último momento, llevaron disfraces extra en un carrito. «Queríamos que nadie se quedara fuera de la celebración», explicó Rubén. Este gesto inclusivo es un reflejo del espíritu acogedor que caracteriza a La Pilarica.

Colaboración entre barrios: Pilarica y Belén unidos
El Carnaval 2025 trascendió las fronteras de La Pilarica, convirtiéndose en un ejemplo de colaboración interbarrial. El vecino barrio de Belén se sumó a la iniciativa, demostrando que la unión hace la fuerza. Rubén destacó la importancia de esta colaboración:
«Todos los grupos del Consejo Social participaron en conjunto. En ese Consejo se decidió el lema y luego cada barrio se encargó de preparar sus disfraces.»
Esta sinergia entre Pilarica y Belén no solo enriqueció el carnaval, sino que también sentó las bases para futuras colaboraciones. Los vecinos de ambos barrios compartieron ideas, recursos y, sobre todo, un sentimiento de pertenencia a una comunidad más amplia.

Actividades para todos los públicos
Tras recorrer las principales calles del barrio, el pasacalles concluyó en la Plaza Encuentro de los Pueblos. Allí, una chocolatada comunitaria esperaba a los participantes. El aroma del chocolate caliente se mezclaba con las risas y conversaciones animadas de los vecinos, creando una atmósfera de calidez y convivencia.
Mientras tanto, DJ Tachu tomó el control de la música, transformando la plaza en una improvisada pista de baile. Jóvenes y mayores se movían al ritmo de canciones que abarcaban varias generaciones, demostrando que la música tiene el poder de unir a personas de todas las edades.

Un carnaval reivindicativo y exitoso
Más allá de la diversión y el espectáculo, el Carnaval 2025 de La Pilarica fue una plataforma para visibilizar las necesidades vecinales. Rubén reflexionó sobre este aspecto:
«Cada vez va saliendo una cosa y la gente lo que necesita es lo que pide. Este año, la temática ha sido bastante reivindicativa. Cada uno expresa lo que el barrio necesita.»
Las pancartas y disfraces no eran meros adornos; eran manifestaciones de las preocupaciones y aspiraciones de un barrio que se niega a ser ignorada. Desde la demanda de un centro de salud hasta la petición de derribar barreras físicas y sociales, cada mensaje era un recordatorio de que el carnaval, en La Pilarica, es también un acto de ciudadanía activa.

Al caer la noche sobre el barrio, con los últimos acordes de música resonando en la plaza y grupos de vecinos recogiendo los restos de la celebración, quedó claro que el Carnaval 2025 había sido mucho más que una fiesta. Fue una demostración de que la unión vecinal puede transformar realidades, que la alegría y la reivindicación no están reñidas, y que en La Pilarica, cada evento es una oportunidad para fortalecer el tejido social y hacer oír la voz de la comunidad.
Nos marchamos con la certeza de haber presenciado no sólo un carnaval, sino un ejemplo inspirador de cómo una comunidad puede celebrar su identidad mientras lucha por un futuro mejor. En La Pilarica, el espíritu del carnaval perdurará mucho después de que se hayan guardado los disfraces, alimentando la esperanza y la determinación de sus vecinos.